Ante la actual situación económica parece ser que nada ni nadie se libra de los recortes, pensionistas, funcionarios, desempleados, víctimas de violencia, personas en exlusión, dependientes...pero hay una institución que sigue intacta, ajena a los recortes pues tiene el perdón de Dios, se trata de la mayor mafia de la historia, una de las más antiguas, la mayor mafia criminal que se encuentra en Italia pero no es siciliana sino que está en pleno corazón de Roma, incluso tiene Estado propio independiente, la mafia del Vaticano causante de los mayores crímenes que ha conocido la humanidad desde las Cruzadas a la Inquisición, siempre cómplices de alguna dictadura fascista, siempre al lado de quien tiene el dinero y el poder, represora de libertades civiles y ejecutora de maltratos a la infancia de distinta índole y a gran escala, lavadora de cerebros y lo que es peor de todo, la que se apropió indebidamente de la palabra del verdadero Dios, alguien que quiso cambiar el Mundo en la época clásica revelándose contra todo el Imperio Romano, precursor de la resistencia pacífica y de un cambio en el espíritu de las personas para que el paraíso sea posible, el valedor de los pobres y defensor de los que sufren. Cristo que tal vez nunca llegó a imaginar que su palabra destinada a alcanzar un mundo de paz y hermandad entre hombres llegaría a ser utilizada para que una gran mafia montase su negocio enriqueciéndose y ejerciendo el poder tiránicamente en su propio nombre.
Pues bien, en España en concreto, nos encontramos con un país que lejos del desarrollo continúa anclado en la Edad Feudal y sus estamentos con su Rey Borbón cazando elefantes desatendiendo los intereses de su país, la Nobleza con los Duques de Alba manteniendo su caciqueo y terrateniencia histórica absorbiendo todas las ayudas que deberían ir a honrados agricultores y por último su Clero que goza de los mayores privilegios como la opción predeterminada marcada en las Declaraciones de la Renta de los contribuyentes para que aporten su diezmo a los cardenales, exención fiscal por actos jurídicos documentados (por ejemplo compra de bienes inmuebles), acceso inmediato y sin oposición a cargos públicos (ejército o docencia), exención de la obligación de abonar el IBI, patrimonio nacional a nombre del Papa y una suculenta asignación presupuestaria en los presupuestos del Estado que se ha salvado de todo tipo de recortes.
El Gobierno que presume de neoliberal quizá haya olvidado que el neoliberalismo no entiende de curas ni de religiones, fue en su origen laico y atiende al racionalismo y no a fanatismos y supersticiones y entiende las iglesias como un negocio más en plan quien quiera un cura que se lo pague como bien ocurre en la mayoría de los países civilizados con gobiernos neoliberales en donde la Iglesia goza de poco o de nulo apoyo estatal como es el ejemplo de la nación republicana y laica por excelencia, nuestros vecinos franceses que nos siguen llevando siglos de ventaja pese a ser vecinos. O tal vez sea que el Partido Popular no sea realmente un partido neoliberal y sea una putrefacta mezcla de fundamentalistas católicos, neoliberales y fascistas que ha dado lugar al proyecto político más incongruente, contradictorio y por tanto, ineficiente. Un verdadero neoliberal entiende que el Estado no debe pagar a nada ni a nadie fuera de lo que es la seguridad nacional y menos a asuntos ineficientes desde la perspectiva económica como es la Iglesia y la fe.
También resulta contradictoria ésta postura en un Gobierno que dice defender tanto una Constitución que en ninguno de sus artículos indica que España sea un Estado confesional y que por el contrario practica una política tanto civil como económica de apoyo a los dictados del Papa y de sumisión de nuestra nación al Estado Vaticano como en los tiempos de Franco cuando España que era un Estado confesional. Resulta poco fundamentada socialmente pues en otra época resultaba dificil enfrentarse a la Iglesia debido a la fuerte influencia que tenía sobre las clases populares pero hoy en día nos encontramos con un vacío inmenso en las Iglesias y lo que dicta el catecismo ya no lo cumple ni el que presume de conservador. Ni siquiera se molestan en tomar ejemplo de sus precursores políticos, aquellos políticos liberales del Siglo XIX como Madoz o Mendizábal que en una época en el que el clero controlaba todo el país y a todas sus gentes tuvieron el valor de declarar desamortizaciones y dejarles sin los privilegios y propiedades que durante siglos habían mantenido.
Pero siempre vendrán con la escusa de lo importante que es apoyar a la Iglesia por Cáritas y su Obra Social cuando las partidas que Rouco destina a su querida Obra Social es poco menos que una limosna comparada con las grandes riquezas de las que se rodean Obispos y Cardenales, aquellos que predican una vida de pobreza y de apoyo al pobre con sortijas doradas y túnicas de buena tela. En todo caso, no les necesitamos a ellos para que nos gestionen colegios y servicios sociales, el Estado suprimiendo todos los privilegios de la Iglesia y todas la financiación a la mafia vaticana podría asumir directamente la gestión de esos colegios y servicios y sobrarle dinero para ofrecerlos en condiciones de calidad, por funcionarios preparados y no por curillas elegidos a dedo por sus obispos que poco han leído más allá de las santas escrituras y a los que se pueda acceder por derecho y no por el "amor de Dios".
Se justificarán también porque estamos en un Estado donde el 80% de la población es católica pero no hay que olvidar que eso es sólo en el papel, la mayoría de la población nació en una época en la que España era un Estado confesional en el que era obligatorio bautizarse para ser alguien, no ser represaliado o tener derecho a algo y en la que la gente era católica pero como opción predefinida (Igual que cuando te haces cuenta del Facebook que como opción predefinida te dicen que quieres que todo lo publicado sea público) y no hay que olvidar que se ha dificultado la información y el ejercicio del derecho a apostatar pero en todo caso lo que es cierto que pocos son los que en la sociedad actual creen en Dios y mucho menos los que creen en los postulados de la Iglesia. También dirán que cuando llega el Papa se llenan las calles y es un evento de masas aunque dudo mucho que se deba al fervor religioso de la población sino al comportamiento sectario de las instituciones católicas que poco menos que obligan a las gentes que de ellos dependen a llenar esas calles o a la buena financiación que el Estado proporciona a dichos actos así como la buena difusión que se les da tanto desde los medios de comunicación del clero como los del Estado.
No hay que olvidar tampoco que una de las causas de que España sea uno de los países menos desarrollados de Europa occidental es precisamente su tradicional confesionalismo pues religión y progreso y desarrollo nunca han ido de la mano, el clero siempre se ha opuesto a la ciencia desde los tiempos en los que quemaban a médicos prestigiosos como Miguel Servet, torturaban a Galileo por decir lo que era irrefutable que era que la Tierra no gira alrededor de Dios, que negaron la teoría de la evolución hasta que se tuvieron que rendir ante ella al ver que su defensa de una mujer naciendo de la costilla del hombre salía de un puñado de barro rozaba ridículo en comparación con la teoría de Darwin...que por todo ello siempre han puesto y seguirán poniendo zancadillas a la ciencia, la portadora del progreso pues cada paso hacia adelante que suele dar la ciencia supone desmontar una tesis sobre la cual fundamenta su negocio la Iglesia y supone desenmascarar una nueva mentira de la mafia vaticana.
En definitiva, en una sociedad democrática en la que están consolidados los derechos y libertades civiles de los individuos no se debería tolerar ningún obstáculo a derechos como el matrimonio entre homosexuales, la investigación con células madre, el aborto o la eutanasia pero en cambio hemos visto que éstos derechos siguen siendo bloqueados y quien siempre ha estado detrás de éste bloqueo no son los poderes económicos como los bancos o las multinacionales que controlan el resto de la política del país a quienes éstos aspectos les resultan poco relevantes al no afectar a lo económico, sino la Iglesia Católica.
La lucha por un Mundo mejor no debe ir reñida con la religión pues lo relatado por las sagradas escrituras (y lo que pudo estar relatado en ellas antes de ser revisadas y censuradas por la Iglesia) puede ayudar a las personas y a la sociedad a alcanzar valores como el amor, la justicia y la paz que ayuden a cambiar nuestro entorno y vencer a las adversidades, es bueno creer en algo pues quien no cree en nada puede estar condenado a creer en cualquier cosa. Creo además en Cristo, no se exactamente si existió o no existió, si fue o no fue un Dios pero quiero creer en que existió alguien así, alguien que bajo palabras de amor y paz se enfrentó a todo un Imperio, que se entregó a los que menos pueden y que dio su vida por los demás aún siendo alguien poderoso, quiero creer que alguien así existió porque de ser así, ese alguien sería como un Dios, un ejemplo a seguir. Pero no creo en la Iglesia, en la mafia católica apostólica y romana que en su nombre quiere combatir con aquellos que luchan por un Mundo más justo, que condena a la resignación a los que sufren pobreza, marginación o enfermedad...todo para beneficio propio y en concreto del Papa, los Cardenales y los Obispos pues el Estado Vaticano es además de una Gran Mafia como he relatado, un ejemplo de desigualdad en su organización en la cual existe un abismo entre el poder y riqueza de un cardenal al de un párroco y en donde el Papa gobierna de manera despótica ajusticiando a quien ose cuestionar sus negocios como ocurrió no hace mucho con su mayordomo. Los mercaderes que Cristo echó de su Templo volvieron tras su muerte para profanarlo y levantar sobre él y en su nombre, un sitio en donde hacer negocio a costa de la fe del pueblo.
Pues bien, en España en concreto, nos encontramos con un país que lejos del desarrollo continúa anclado en la Edad Feudal y sus estamentos con su Rey Borbón cazando elefantes desatendiendo los intereses de su país, la Nobleza con los Duques de Alba manteniendo su caciqueo y terrateniencia histórica absorbiendo todas las ayudas que deberían ir a honrados agricultores y por último su Clero que goza de los mayores privilegios como la opción predeterminada marcada en las Declaraciones de la Renta de los contribuyentes para que aporten su diezmo a los cardenales, exención fiscal por actos jurídicos documentados (por ejemplo compra de bienes inmuebles), acceso inmediato y sin oposición a cargos públicos (ejército o docencia), exención de la obligación de abonar el IBI, patrimonio nacional a nombre del Papa y una suculenta asignación presupuestaria en los presupuestos del Estado que se ha salvado de todo tipo de recortes.
El Gobierno que presume de neoliberal quizá haya olvidado que el neoliberalismo no entiende de curas ni de religiones, fue en su origen laico y atiende al racionalismo y no a fanatismos y supersticiones y entiende las iglesias como un negocio más en plan quien quiera un cura que se lo pague como bien ocurre en la mayoría de los países civilizados con gobiernos neoliberales en donde la Iglesia goza de poco o de nulo apoyo estatal como es el ejemplo de la nación republicana y laica por excelencia, nuestros vecinos franceses que nos siguen llevando siglos de ventaja pese a ser vecinos. O tal vez sea que el Partido Popular no sea realmente un partido neoliberal y sea una putrefacta mezcla de fundamentalistas católicos, neoliberales y fascistas que ha dado lugar al proyecto político más incongruente, contradictorio y por tanto, ineficiente. Un verdadero neoliberal entiende que el Estado no debe pagar a nada ni a nadie fuera de lo que es la seguridad nacional y menos a asuntos ineficientes desde la perspectiva económica como es la Iglesia y la fe.
También resulta contradictoria ésta postura en un Gobierno que dice defender tanto una Constitución que en ninguno de sus artículos indica que España sea un Estado confesional y que por el contrario practica una política tanto civil como económica de apoyo a los dictados del Papa y de sumisión de nuestra nación al Estado Vaticano como en los tiempos de Franco cuando España que era un Estado confesional. Resulta poco fundamentada socialmente pues en otra época resultaba dificil enfrentarse a la Iglesia debido a la fuerte influencia que tenía sobre las clases populares pero hoy en día nos encontramos con un vacío inmenso en las Iglesias y lo que dicta el catecismo ya no lo cumple ni el que presume de conservador. Ni siquiera se molestan en tomar ejemplo de sus precursores políticos, aquellos políticos liberales del Siglo XIX como Madoz o Mendizábal que en una época en el que el clero controlaba todo el país y a todas sus gentes tuvieron el valor de declarar desamortizaciones y dejarles sin los privilegios y propiedades que durante siglos habían mantenido.
Pero siempre vendrán con la escusa de lo importante que es apoyar a la Iglesia por Cáritas y su Obra Social cuando las partidas que Rouco destina a su querida Obra Social es poco menos que una limosna comparada con las grandes riquezas de las que se rodean Obispos y Cardenales, aquellos que predican una vida de pobreza y de apoyo al pobre con sortijas doradas y túnicas de buena tela. En todo caso, no les necesitamos a ellos para que nos gestionen colegios y servicios sociales, el Estado suprimiendo todos los privilegios de la Iglesia y todas la financiación a la mafia vaticana podría asumir directamente la gestión de esos colegios y servicios y sobrarle dinero para ofrecerlos en condiciones de calidad, por funcionarios preparados y no por curillas elegidos a dedo por sus obispos que poco han leído más allá de las santas escrituras y a los que se pueda acceder por derecho y no por el "amor de Dios".
Se justificarán también porque estamos en un Estado donde el 80% de la población es católica pero no hay que olvidar que eso es sólo en el papel, la mayoría de la población nació en una época en la que España era un Estado confesional en el que era obligatorio bautizarse para ser alguien, no ser represaliado o tener derecho a algo y en la que la gente era católica pero como opción predefinida (Igual que cuando te haces cuenta del Facebook que como opción predefinida te dicen que quieres que todo lo publicado sea público) y no hay que olvidar que se ha dificultado la información y el ejercicio del derecho a apostatar pero en todo caso lo que es cierto que pocos son los que en la sociedad actual creen en Dios y mucho menos los que creen en los postulados de la Iglesia. También dirán que cuando llega el Papa se llenan las calles y es un evento de masas aunque dudo mucho que se deba al fervor religioso de la población sino al comportamiento sectario de las instituciones católicas que poco menos que obligan a las gentes que de ellos dependen a llenar esas calles o a la buena financiación que el Estado proporciona a dichos actos así como la buena difusión que se les da tanto desde los medios de comunicación del clero como los del Estado.
No hay que olvidar tampoco que una de las causas de que España sea uno de los países menos desarrollados de Europa occidental es precisamente su tradicional confesionalismo pues religión y progreso y desarrollo nunca han ido de la mano, el clero siempre se ha opuesto a la ciencia desde los tiempos en los que quemaban a médicos prestigiosos como Miguel Servet, torturaban a Galileo por decir lo que era irrefutable que era que la Tierra no gira alrededor de Dios, que negaron la teoría de la evolución hasta que se tuvieron que rendir ante ella al ver que su defensa de una mujer naciendo de la costilla del hombre salía de un puñado de barro rozaba ridículo en comparación con la teoría de Darwin...que por todo ello siempre han puesto y seguirán poniendo zancadillas a la ciencia, la portadora del progreso pues cada paso hacia adelante que suele dar la ciencia supone desmontar una tesis sobre la cual fundamenta su negocio la Iglesia y supone desenmascarar una nueva mentira de la mafia vaticana.
En definitiva, en una sociedad democrática en la que están consolidados los derechos y libertades civiles de los individuos no se debería tolerar ningún obstáculo a derechos como el matrimonio entre homosexuales, la investigación con células madre, el aborto o la eutanasia pero en cambio hemos visto que éstos derechos siguen siendo bloqueados y quien siempre ha estado detrás de éste bloqueo no son los poderes económicos como los bancos o las multinacionales que controlan el resto de la política del país a quienes éstos aspectos les resultan poco relevantes al no afectar a lo económico, sino la Iglesia Católica.
La lucha por un Mundo mejor no debe ir reñida con la religión pues lo relatado por las sagradas escrituras (y lo que pudo estar relatado en ellas antes de ser revisadas y censuradas por la Iglesia) puede ayudar a las personas y a la sociedad a alcanzar valores como el amor, la justicia y la paz que ayuden a cambiar nuestro entorno y vencer a las adversidades, es bueno creer en algo pues quien no cree en nada puede estar condenado a creer en cualquier cosa. Creo además en Cristo, no se exactamente si existió o no existió, si fue o no fue un Dios pero quiero creer en que existió alguien así, alguien que bajo palabras de amor y paz se enfrentó a todo un Imperio, que se entregó a los que menos pueden y que dio su vida por los demás aún siendo alguien poderoso, quiero creer que alguien así existió porque de ser así, ese alguien sería como un Dios, un ejemplo a seguir. Pero no creo en la Iglesia, en la mafia católica apostólica y romana que en su nombre quiere combatir con aquellos que luchan por un Mundo más justo, que condena a la resignación a los que sufren pobreza, marginación o enfermedad...todo para beneficio propio y en concreto del Papa, los Cardenales y los Obispos pues el Estado Vaticano es además de una Gran Mafia como he relatado, un ejemplo de desigualdad en su organización en la cual existe un abismo entre el poder y riqueza de un cardenal al de un párroco y en donde el Papa gobierna de manera despótica ajusticiando a quien ose cuestionar sus negocios como ocurrió no hace mucho con su mayordomo. Los mercaderes que Cristo echó de su Templo volvieron tras su muerte para profanarlo y levantar sobre él y en su nombre, un sitio en donde hacer negocio a costa de la fe del pueblo.