viernes, 21 de noviembre de 2014

Decálogo del Opositor

En unos tiempos de crisis en los cuales se baten récords de desempleo en España y ante un recorte sin precedentes en el sector público con una sistemática congelación de plazas, cada nueva convocatoria de plazas de empleo público en las Administraciones se convierte en un evento que supera con un impacto superior a los castings de los espectáculos televisivos y es que la posibilidad de acceder a un puesto de trabajo de mileurista fijo de por vida se ha convertido en poco menos que una lotería cuando debería ser un derecho, algo a imitar y no a destruir, el empleo público debería ser la norma y no la excepción en un estado social, los derechos de los funcionarios públicos deberían ser copiados en los convenios de los empleados del sector privado y no a la inversa como pretenden las asociaciones de buitres empresariales y también, los sistemas de selección deberían ser iguales, en la empresa privada siempre y en todo caso se puede elegir a dedo a los candidatos o como mucho por curriculum mientras que en el sector público, aunque existan desvios y corruptelas que son siempre casos excepcionales, el sistema general es el que rige el imperativo de la igualdad, el mérito y la capacidad.
Existen muchas causas que llegan al desánimo para ponerse manos a la obra y pugnar por una de esas codiciadas plazas desde excusas de mal pagador como "ya están dadas las plazas" (Mentira absoluta pues yo que llevo varios años trabajando en la Administración Pública y he sido testigo de varios procesos selectivos, puedo dar fe que no existen esos vicios y en caso de que dieran lugar, nuestro Estado de Derecho establece unas garantías jurídicas para que quien piense que se han violado sus derechos, pueda exigirlos ante los tribunales o la Administración) hasta llegar a excusas más comprensibles como "no tengo tiempo para estudiar", "es que con la familia y la hipoteca no me puedo permitir ir a trabajar fuera" o "es que se van a presentar muchos y muy buenos", todas ellas aunque más fundamentadas también pueden ser discutibles pues está claro que si se quiere, se puede.
Así pues, en éste post me voy a permitir la libertad de establecer un decálogo de aspectos básicos a tener en cuenta para afrontar éstos procesos selectivos basándome en mi amplia experiencia participando en decenas de oposiciones, en unas con más éxito que en otras, animado por la demanda de recomendaciones y consejos que me han solicitado varios amigos y compañeros interesados en tener la valentía de enfrentarse ante tan exigente desafíó. Allá van 10 puntos básicos que espero sean de utilidad:
1- Constancia. Hay que asumir que es un proceso de estudio que va a llevar varios meses si no años así que lo más recomendable es en lugar de darse un palizón de 5 o 6 horas diarias que en cuestión de semanas acaban agotando a cualquiera dando lugar a la pasividad, es mejor ponerse poco continuado como por ejemplo ponerse una hora y media diaria de tiempo pero eso sí, sin faltar ningún día a la cita ante los libros.
2- Entrenar. Es bueno presentarse a varios procesos selectivos aunque sea sólo para ver cómo es el ambiente, las preguntas, superar los nervios y llevarse los palos necesarios para aprender para futuras pruebas o para las pruebas a las que realmente nos estamos preparando.
3- Relajación. No agobiarse, el conocimiento está en nuestro interior, tan sólo hay que despertarlo, es bueno adquirir una actitud de estudio relajada, leyendo con detenimiento, reflexionando sobre lo que leemos. Hay que tener tiempo para todo, tanto para el estudio como para el ocio y el exparcimiento.
4- No rendirse. Ante malos resultados, no hay que rendirse, es muy difícil llegar y besar el santo, como decían los romanos, Fortuna audaces iuvat! (La fortuna sonríe a los audaces).
5- Generalidad. Es preferible saber poco de todo que mucho de poco así que es mejor que te sepas todo el temario por encima a que te sepas sólo una parte del temario de carrerilla y que del resto no tengas ni idea, una pregunta en blanco puede ser fatal.
6- Tiempo. En el examen hay que tener muy en cuenta el factor tiempo, lo primero que hay que tener presente antes de ponerse a hacerlo es el tiempo del que vamos a disponer y cómo lo vamos a repartir entre las preguntas que nos proponen para evitar que nos pille el toro y perder demasiado tiempo en las primeras preguntas y que luego no nos de tiempo a contestar las últimas.
7- Repetimos. Como en los texts de las autoescuelas, vale más a veces hacer muchos exámenes de pruebas anteriores que estudiar pues se tienden a repetir muchas preguntas.
8- Estrategias del text: En los exámenes tipo texts hay varias técnicas que aunque no son verdades absolutas, tienen efectividad en el 90% de los casos, son las siguientes:
a) La respuesta más larga suele ser la correcta.
b) La respuesta en la que las dos premisas coincidan más. Ejemplo ¿Cómo es? - Blanco y rubio - Blanco y moreno - Negro y pelirrojo - Mestizo y rubio. Como vemos, la primera premisa que más se repite es blanco mientas que la segunda premisa más repetida es rubio así que será blanco y rubio.
c) Comodín del 50/15. Mojarse SIEMPRE respondiendo salvo que la duda sea entre todas las opciones, al final siempre se acaba sacando mejor resultado que si nos reducimos a contestar únicamente las que creemos que sabemos.
d) LEER bien las preguntas y respuestas, hay muchos que han caído por cosas tan absurdas como no leerse las indicaciones y tachar con círculos las respuestas cuando se indicaba que había que tachar con cruces, por caer en la típica trampa de la pregunta inversa "¿Cual de las siguientes respuesta NO es incorrecta?", etc
9- Aparentar. Hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones el examinador tiene menos idea del tema que tu por lo que hay que desarrollar en los exámenes orales y prácticos una buena dialéctica para aparentar que sabemos más de lo que realmente sabemos, decir las cuatro cuestiones básicas y rellenarlas con abundante paja por ejemplo.
10- A por todas. Hay que ir con mentalidad de sacar sobresaliente, nunca se sabe lo suficiente, hay que ir al máximo, aquí no vale el ir a aprobar como en la Universidad, hay que ser exigente con uno mismo y buscar siempre más pues hay que tener en cuenta siempre que no se depende sólo de uno mismo sino de lo que haga el resto de competidores.
Con ésto queda un decálogo que puede ser de utilidad a aquellos que se embarcan en ésta gran aventura de las oposiciones, un quehacer que si bien puede agobiar y dar muchos quebraderos de cabeza puede ser una aventura apasionante y hasta enganchar pues es toda una prueba de autosuperación, de disciplina y de competición, todo un desafío así que como suelo decir, VALOR CABALLEROS!