Era una noche de sábado triste, no tenía ganas ni de salir de fiesta, quizá porque por mi interior recorría un mal presentimiento por lo que decidí tranquilamente quedarme en casa viendo una película como a mí me gusta, con denominación de orígen de Aragón, "Muerte de un campesino español", a mitad de película me llega la noticia de que José Antonio Labordeta ha muerto y tras el instante de bajón por la noticia, unos segundos después veo aparecer en la película al "abuelo" en su papel de pregonero de aquella obra de Sender, es entonces cuando me llegan todos los recuerdos de uno de los pocos personajes públicos que merecen de verdad mi admiración no sólo por todo lo que ha significado para Aragón, sino por lo que ha significado para mí como persona.
Es cierto que nunca llegué a conocerlo en persona, tener trato directo con él, compartir aunque tan sólo sea un café pero ya desde muy pequeño escuchaba en casa sus composiciones musicales a las que apenas prestaba atención dado que era aún muy joven para aprender a valorarlas y comprender el significado de su contenido.
Fue un poco más adelante en mi juventud cuando empecé como muchos jóvenes a despertar mi inquietud por todo lo referente a la sociedad que me rodea, a los problemas de mi tierra, cuando empecé a despertar cierta inquietud política cuando empecé a acercarme más a éste personaje público que por aquel entonces ya era toda una institución en Aragón y todo un referente en varios ámbitos, musical intelectual y político.
Desempolvé entonces aquellas cintas que escuchaba de pequeño de él y otros grupos afines como la Bullonera y encontré canciones llenas de sentimiento, unas hablaban de amor, otras de Aragón, otras de tiempos pasados, la nostalgia... También leí alguno de sus libros y publicaciones en prensa así como vi alguno de sus documentales y siempre reflejaba en los mismos sencillez, humanidad y deseo por sacar a la luz lo oculto, lo que no interesa, de luchar por las causas perdidas de abanderar siempre las "banderas rotas".
Me di cuenta que parte de la historia reciente de Aragón se había escrito a cuestas, quizá la llevaba guardada en su inseparable mochila...la dureza de la postguerra, la lucha por la democracia en España, la lucha por la autonomía de Aragón y por dar protagonismo a una tierra que hasta entonces era el culo de España y de nuevo, su lucha contra los franquistas, ésta vez convertidos en "demócratas liberales" del Partido Popular. Siempre sin adherirse a ninguna etiqueta (aunque el sistema democrático le obligara a llevar una puesta para participar en política) pues siempre fué el representante de esa "izquierda depresiva" que no tenía ninguna representación aunque si muchas ganas por cambiar muchas cosas que no iban bien.
Siempre en sus textos y canciones reflejaba todo aquello que presenciaba o que sentía y muchos de esos sentimientos se identificaban con los míos y de tantos otros así como muchos de los paisajes de los que hablaba eran también mis paisajes, hablaba de aquellas pequeñas cosas que siempre pasan desapercibidas y que sin embargo llenan de esencia y valor a la vida.
Fue un maestro para todos, incluso para aquellos que como yo no llegaron a asistir a sus clases y así con él aprendí a conocer, valorar y querer si cabe un poco más la tierra en la que vivo Aragón, su historia, las constumbres de sus gentes, sus paisajes, sus pueblos, el paso devastador del tiempo que dejó al borde de la ruina una tierra antesmás gloriosa, la riqueza cultural y linguística de su pueblo y siempre poniendo ese toque de sentimiento contagioso que levantaba el alma y hacía llegar el mensaje que trataba de transmitir hasta lo más profundo del corazón. También resultaba de agrado su recuerdo y defensa a las tierras de Teruel que al igual que yo conoció como emigrante zaragozano durante un tiempo y en la que empezó a forjarse la leyenda que recorrería todo Aragón y llegó a extenderse a España.
En definitiva, un ser que ha llegado a ganar mi admiración al igual que lo ha hecho con buena parte de los aragoneses y no aragoneses por la sencillez que siempre ha mostrado pese a ser un aclamado personaje público, por la humildad que demostraba una persona que tranquilamente te la podías encontrar en un bar de un barrio obrero o paseando desapercibidamente por las calles de la Madalena, por la profundidad de su mensaje siempre lleno de sentimiento y transparencia, nunca de rencor ni contaminado por ningún ápice demagógico, la variedad de sus letras que hablaban desde algo tan común como el amor hasta algo tan desconocido como los pueblos del Maestrazgo, por el amor que demostraba hacia su tierra Aragón que también es la mía y la de todos los que en éste castigado pueblo habitamos, por su interés por el arte de las letras, de la escritura, un arte al que siempre he admirado y tratado como buenamente he podido de hacer uso y mejorar, por su orientación por su verdadera vocación (pudiendo ser hombre de leyes fué maestro), por su gusto por la historia y por su manera de decir las cosas claras. Fué un hombre que brilló en todo, incluso en aquello en lo que quiso evitar como es la política, es por ello que también fué uno de los mejores políticos que ha tenido Aragón, precisamente por eso, porque no fué político al igual que le pasó al viejo Costa, el que "no legisló".
Es tan grande y rico el trabajo que ha dejado en ésta tierra que su pueblo siempre estará agradecido con su obra y siempre en deuda con él aunque la mejor forma que nos queda para saldarla sea el intentar seguir su ejemplo y captar el mensaje que nos dejó por si puede sernos en algún momento de utilidad. Siempre he sido excéptico con los personajes públicos pues no es oro todo lo que reluce aunque en éste caso, si que puedo decir que es un personaje público digno de admiración precisamente por ello, porque nunca deseó serlo, lo fué sin querer, por algo dijo aquello de "recuérdame como un hombre sin más".
Y así pues doy fin a éste particular homenaje que hago a éste genial escritor, con el arte que tan magistralmente dominó, con la escritura aunque sea torpemente, tanto que no se si ha sido muy coherente todo lo que he escrito y más con el colapso de sentimientos y recuerdos que han pasado por mi mente mientras tecleaba en mi ordenador. Seguiré leyendo sus obras para aprender de él, de su forma de escribir y de saber transmitir al lector sus sentimientos, vivencias y un mensaje con contenido.
Éste será como he dicho mi pequeño homenaje, haciendo uso en su honor de su arte de la escritura, si supiera cantar o tocar lo habría hecho con una de sus canciones o tal vez habría asistido a su velatorio junto a la agradecida multitud zaragozana aunque decidí no hacerlo, tal vez por evitar la tristeza que ello me habría generado o tal vez porque preferí quedarme con el leve recuerdo (dado que como he dicho, nunca lo conocí en persona) de ese personaje anónimo como tantos otros paseando tranquilamente por una calle del barrio de la Magdalena junto a sus inseparables gafas redondas y su gorra porque esa era su voluntad, recordarle "Como un pájaro herido, como un lobo cansino, como un hombre sin más".
Gracias y hasta siempre camarada Labordeta.
Es cierto que nunca llegué a conocerlo en persona, tener trato directo con él, compartir aunque tan sólo sea un café pero ya desde muy pequeño escuchaba en casa sus composiciones musicales a las que apenas prestaba atención dado que era aún muy joven para aprender a valorarlas y comprender el significado de su contenido.
Fue un poco más adelante en mi juventud cuando empecé como muchos jóvenes a despertar mi inquietud por todo lo referente a la sociedad que me rodea, a los problemas de mi tierra, cuando empecé a despertar cierta inquietud política cuando empecé a acercarme más a éste personaje público que por aquel entonces ya era toda una institución en Aragón y todo un referente en varios ámbitos, musical intelectual y político.
Desempolvé entonces aquellas cintas que escuchaba de pequeño de él y otros grupos afines como la Bullonera y encontré canciones llenas de sentimiento, unas hablaban de amor, otras de Aragón, otras de tiempos pasados, la nostalgia... También leí alguno de sus libros y publicaciones en prensa así como vi alguno de sus documentales y siempre reflejaba en los mismos sencillez, humanidad y deseo por sacar a la luz lo oculto, lo que no interesa, de luchar por las causas perdidas de abanderar siempre las "banderas rotas".
Me di cuenta que parte de la historia reciente de Aragón se había escrito a cuestas, quizá la llevaba guardada en su inseparable mochila...la dureza de la postguerra, la lucha por la democracia en España, la lucha por la autonomía de Aragón y por dar protagonismo a una tierra que hasta entonces era el culo de España y de nuevo, su lucha contra los franquistas, ésta vez convertidos en "demócratas liberales" del Partido Popular. Siempre sin adherirse a ninguna etiqueta (aunque el sistema democrático le obligara a llevar una puesta para participar en política) pues siempre fué el representante de esa "izquierda depresiva" que no tenía ninguna representación aunque si muchas ganas por cambiar muchas cosas que no iban bien.
Siempre en sus textos y canciones reflejaba todo aquello que presenciaba o que sentía y muchos de esos sentimientos se identificaban con los míos y de tantos otros así como muchos de los paisajes de los que hablaba eran también mis paisajes, hablaba de aquellas pequeñas cosas que siempre pasan desapercibidas y que sin embargo llenan de esencia y valor a la vida.
Fue un maestro para todos, incluso para aquellos que como yo no llegaron a asistir a sus clases y así con él aprendí a conocer, valorar y querer si cabe un poco más la tierra en la que vivo Aragón, su historia, las constumbres de sus gentes, sus paisajes, sus pueblos, el paso devastador del tiempo que dejó al borde de la ruina una tierra antesmás gloriosa, la riqueza cultural y linguística de su pueblo y siempre poniendo ese toque de sentimiento contagioso que levantaba el alma y hacía llegar el mensaje que trataba de transmitir hasta lo más profundo del corazón. También resultaba de agrado su recuerdo y defensa a las tierras de Teruel que al igual que yo conoció como emigrante zaragozano durante un tiempo y en la que empezó a forjarse la leyenda que recorrería todo Aragón y llegó a extenderse a España.
En definitiva, un ser que ha llegado a ganar mi admiración al igual que lo ha hecho con buena parte de los aragoneses y no aragoneses por la sencillez que siempre ha mostrado pese a ser un aclamado personaje público, por la humildad que demostraba una persona que tranquilamente te la podías encontrar en un bar de un barrio obrero o paseando desapercibidamente por las calles de la Madalena, por la profundidad de su mensaje siempre lleno de sentimiento y transparencia, nunca de rencor ni contaminado por ningún ápice demagógico, la variedad de sus letras que hablaban desde algo tan común como el amor hasta algo tan desconocido como los pueblos del Maestrazgo, por el amor que demostraba hacia su tierra Aragón que también es la mía y la de todos los que en éste castigado pueblo habitamos, por su interés por el arte de las letras, de la escritura, un arte al que siempre he admirado y tratado como buenamente he podido de hacer uso y mejorar, por su orientación por su verdadera vocación (pudiendo ser hombre de leyes fué maestro), por su gusto por la historia y por su manera de decir las cosas claras. Fué un hombre que brilló en todo, incluso en aquello en lo que quiso evitar como es la política, es por ello que también fué uno de los mejores políticos que ha tenido Aragón, precisamente por eso, porque no fué político al igual que le pasó al viejo Costa, el que "no legisló".
Es tan grande y rico el trabajo que ha dejado en ésta tierra que su pueblo siempre estará agradecido con su obra y siempre en deuda con él aunque la mejor forma que nos queda para saldarla sea el intentar seguir su ejemplo y captar el mensaje que nos dejó por si puede sernos en algún momento de utilidad. Siempre he sido excéptico con los personajes públicos pues no es oro todo lo que reluce aunque en éste caso, si que puedo decir que es un personaje público digno de admiración precisamente por ello, porque nunca deseó serlo, lo fué sin querer, por algo dijo aquello de "recuérdame como un hombre sin más".
Y así pues doy fin a éste particular homenaje que hago a éste genial escritor, con el arte que tan magistralmente dominó, con la escritura aunque sea torpemente, tanto que no se si ha sido muy coherente todo lo que he escrito y más con el colapso de sentimientos y recuerdos que han pasado por mi mente mientras tecleaba en mi ordenador. Seguiré leyendo sus obras para aprender de él, de su forma de escribir y de saber transmitir al lector sus sentimientos, vivencias y un mensaje con contenido.
Éste será como he dicho mi pequeño homenaje, haciendo uso en su honor de su arte de la escritura, si supiera cantar o tocar lo habría hecho con una de sus canciones o tal vez habría asistido a su velatorio junto a la agradecida multitud zaragozana aunque decidí no hacerlo, tal vez por evitar la tristeza que ello me habría generado o tal vez porque preferí quedarme con el leve recuerdo (dado que como he dicho, nunca lo conocí en persona) de ese personaje anónimo como tantos otros paseando tranquilamente por una calle del barrio de la Magdalena junto a sus inseparables gafas redondas y su gorra porque esa era su voluntad, recordarle "Como un pájaro herido, como un lobo cansino, como un hombre sin más".
Gracias y hasta siempre camarada Labordeta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario