Dicen que soñar es gratis, quizá de las pocas cosas gratis que junto al aire aún no están privatizadas y nos permiten seguir vivos, es por ello que hoy quiero soñar, soñar despierto.
El avance bestial del neoliberalismo había llegado hasta sus últimas consecuencias, los ricos se empeñaban en mantener su nivel de rentas a costa del proletariado, mientras crecía el desempleo, los burgueses paseaban a sus anchas en sus lujosos cadillacs, había desaparecido progresivamente todo el estado de bienestar, mucha gente estaba en las calles dependiendo de la caridad de los viandantes al dejar de existir toda ayuda institucional y toda ayuda pública. Los servicios elementales como la educación, la sanidad, la seguridad social y servicios sociales se habían privatizado totalmente. La clase política era cómplice de ésta situación, al saber que con la manipulación electoral nunca iban a salir del poder, se limitaban a satisfacer a los burgueses, los de su clase sin importarles el malestar del pueblo, de lo demás se ocupaba la censura en la prensa.
Pero la gente harta de aguantar ésta falsa democracia, acabó con su paciencia, las masas del pueblo encolerizadas y en espíritu de supervivencia empezaron a lanzar piedras contra los locales de las multinacionales, ardían macroempresas, bancos, los grandes empresarios corrían en calzoncillos por las calles huyendo del linchamiento, los banqueros cruzaban los Pirineos a pie dado que las milicias del pueblo se habían apropiado de todos sus bienes y los habían colectivizado. Los campesinos y agricultores ocupaban todas las propiedades de las empresas intermediarias colectivizando éstas al igual que todas las tierras y pudiendo por fín vender los productos que trabaja a precio justo directamente al consumidor obteniendo unas rentas justas por su duro trabajo. El Rey junto a toda la clase política hacía llamamiento al ejército y las fuerzas de seguridad, los cuales al encontrarse ante la fuerza de las grandes masas hambrientas desistieron de realizar cualquier ofensa declarándose en masa desertores en rebeldía y se unieron a las milicias ciudadanas deteniendo a los miembros del gobierno, grandes jefes de la oposicion, jueces y altos cargos políticos junto a la casa real que iban a ser juzgados en un tribunal popular en el que un tribunal compuesto por un mendigo, un campesino, un obrero del metal, un intelectual y un joven anarquista deciden condenarlos a todos a cadena perpetua perdonándoles la vida pese a su atentado contra el pueblo y la patria.
En Europa se habían cerrado las fronteras que poco después se abrieron al resurgir la Francia revolucionaria con otro Mayo del 68, ésta vez triunfal que proclamaba la República Popular Francesa, así pasaba también en el sur de Europa harto de gobernantes facciosos que siempre han sometido a su pueblo en la miseria. Se formaba así una confederación de estados europeos que junto a los muchos que ya habían surgido en latinoamérica y algún país en el resto de continentes formaban un nuevo frente poderoso frente al capitalismo, un nuevo telón de acero que ésta vez amenazaba con salir victorioso y engullir en un mundo socialista al capital.
Se proclamaba así la C.E.I.S., la Confederación de Estados Ibéricos Socialistas, una unión de repúblicas en las que la riqueza quedaba repartida por igual, la producción estratégica y a gran escala quedaba nacionalizada mientras que la pequeña producción colectivizada a manos de las cooperativas. El Estado velaba por la protección social integral de sus ciudadanos y de las universidades salían brillantes intelectuales surgidos de las clases más humildes, la sanidad destacaba por su calidad y servicio al ciudadano, se difundían valores de solidaridad frente a competitividad, del amor frente al dinero, de la libertad frente a la obediencia ciega, de igualdad real entre hombres y mujeres de todas las nacionalidades y condición, de odio a la codicia y a la opresión. Banderas rojas hondeaban en todos Ayuntamientos, la clase política estaba al servicio del pueblo ordenada en juntas vecinales, había contacto directo entre la gran política y la pequeña política, entre ciudadanos y gobernantes. No existía la propiedad privada, todo estaba nacionalizado o colectivizado. Toda la burguesía había abandonado el país y los pocos que quedaban se habían unido a la causa revolucionaria. Nadie tenía grandes riquezas pero todos tenían medios para vivir dignamente, con sus necesidades básicas aseguradas y con total autonomía para decidir su futuro libremente sin depender ni ser esclavo de ningún patrón.
Había muchas líneas por definir en éste estado emergente entre tantos otros que emergieron en el Mundo, muchas cosas que mejorar, que perfeccionar, en todas naciones un comité de intelectuales libres de toda corrupción buscaban las fórmulas más adecuadas para arreglar los pequeños desajustes que se producían y así solía hacerse efectivo pues había desaparecido el afán por el dinero en contraposición por el afán por el saber. La gente teniendo sus necesidades básicas cubiertas y que la acumulación de riqueza no tenía ningún valor ni utilidad quedando en papel mojado, no ansiaba otra riqueza que el saber y el conocimiento.
De repente se oía un fuerte estruendo, había marcado gol España en el Mundial de Sudáfrica, me asomo a la ventana y veo la gente celebrándolo despreocupada de los males reales que afectan a su país, había despertado de mi sueño, volvía al mundo real aunque esbozando una leve sonrisa pensando que otro mundo es posible, tal vez si todos soñamos alguna vez con él, si podemos creer en él muchas cosas podrían cambiarse y aquella Utopía o isla ficticia que en sus ensayos describieron los socialistas utópicos haciendo ver al Mundo el ejemplo de un estado socialista o que aquella República de Platón en la que gobernaba el sabio puede hacerse realidad, quizá como dijo la canción de Labordeta "Ni tu, ni yo, ni el otro la lleguemos a ver pero habrá que empujarla para que pueda ser". Nunca dejes de soñar y nunca renuncies a tus ideales pues otro Mundo es posible.
El avance bestial del neoliberalismo había llegado hasta sus últimas consecuencias, los ricos se empeñaban en mantener su nivel de rentas a costa del proletariado, mientras crecía el desempleo, los burgueses paseaban a sus anchas en sus lujosos cadillacs, había desaparecido progresivamente todo el estado de bienestar, mucha gente estaba en las calles dependiendo de la caridad de los viandantes al dejar de existir toda ayuda institucional y toda ayuda pública. Los servicios elementales como la educación, la sanidad, la seguridad social y servicios sociales se habían privatizado totalmente. La clase política era cómplice de ésta situación, al saber que con la manipulación electoral nunca iban a salir del poder, se limitaban a satisfacer a los burgueses, los de su clase sin importarles el malestar del pueblo, de lo demás se ocupaba la censura en la prensa.
Pero la gente harta de aguantar ésta falsa democracia, acabó con su paciencia, las masas del pueblo encolerizadas y en espíritu de supervivencia empezaron a lanzar piedras contra los locales de las multinacionales, ardían macroempresas, bancos, los grandes empresarios corrían en calzoncillos por las calles huyendo del linchamiento, los banqueros cruzaban los Pirineos a pie dado que las milicias del pueblo se habían apropiado de todos sus bienes y los habían colectivizado. Los campesinos y agricultores ocupaban todas las propiedades de las empresas intermediarias colectivizando éstas al igual que todas las tierras y pudiendo por fín vender los productos que trabaja a precio justo directamente al consumidor obteniendo unas rentas justas por su duro trabajo. El Rey junto a toda la clase política hacía llamamiento al ejército y las fuerzas de seguridad, los cuales al encontrarse ante la fuerza de las grandes masas hambrientas desistieron de realizar cualquier ofensa declarándose en masa desertores en rebeldía y se unieron a las milicias ciudadanas deteniendo a los miembros del gobierno, grandes jefes de la oposicion, jueces y altos cargos políticos junto a la casa real que iban a ser juzgados en un tribunal popular en el que un tribunal compuesto por un mendigo, un campesino, un obrero del metal, un intelectual y un joven anarquista deciden condenarlos a todos a cadena perpetua perdonándoles la vida pese a su atentado contra el pueblo y la patria.
En Europa se habían cerrado las fronteras que poco después se abrieron al resurgir la Francia revolucionaria con otro Mayo del 68, ésta vez triunfal que proclamaba la República Popular Francesa, así pasaba también en el sur de Europa harto de gobernantes facciosos que siempre han sometido a su pueblo en la miseria. Se formaba así una confederación de estados europeos que junto a los muchos que ya habían surgido en latinoamérica y algún país en el resto de continentes formaban un nuevo frente poderoso frente al capitalismo, un nuevo telón de acero que ésta vez amenazaba con salir victorioso y engullir en un mundo socialista al capital.
Se proclamaba así la C.E.I.S., la Confederación de Estados Ibéricos Socialistas, una unión de repúblicas en las que la riqueza quedaba repartida por igual, la producción estratégica y a gran escala quedaba nacionalizada mientras que la pequeña producción colectivizada a manos de las cooperativas. El Estado velaba por la protección social integral de sus ciudadanos y de las universidades salían brillantes intelectuales surgidos de las clases más humildes, la sanidad destacaba por su calidad y servicio al ciudadano, se difundían valores de solidaridad frente a competitividad, del amor frente al dinero, de la libertad frente a la obediencia ciega, de igualdad real entre hombres y mujeres de todas las nacionalidades y condición, de odio a la codicia y a la opresión. Banderas rojas hondeaban en todos Ayuntamientos, la clase política estaba al servicio del pueblo ordenada en juntas vecinales, había contacto directo entre la gran política y la pequeña política, entre ciudadanos y gobernantes. No existía la propiedad privada, todo estaba nacionalizado o colectivizado. Toda la burguesía había abandonado el país y los pocos que quedaban se habían unido a la causa revolucionaria. Nadie tenía grandes riquezas pero todos tenían medios para vivir dignamente, con sus necesidades básicas aseguradas y con total autonomía para decidir su futuro libremente sin depender ni ser esclavo de ningún patrón.
Había muchas líneas por definir en éste estado emergente entre tantos otros que emergieron en el Mundo, muchas cosas que mejorar, que perfeccionar, en todas naciones un comité de intelectuales libres de toda corrupción buscaban las fórmulas más adecuadas para arreglar los pequeños desajustes que se producían y así solía hacerse efectivo pues había desaparecido el afán por el dinero en contraposición por el afán por el saber. La gente teniendo sus necesidades básicas cubiertas y que la acumulación de riqueza no tenía ningún valor ni utilidad quedando en papel mojado, no ansiaba otra riqueza que el saber y el conocimiento.
De repente se oía un fuerte estruendo, había marcado gol España en el Mundial de Sudáfrica, me asomo a la ventana y veo la gente celebrándolo despreocupada de los males reales que afectan a su país, había despertado de mi sueño, volvía al mundo real aunque esbozando una leve sonrisa pensando que otro mundo es posible, tal vez si todos soñamos alguna vez con él, si podemos creer en él muchas cosas podrían cambiarse y aquella Utopía o isla ficticia que en sus ensayos describieron los socialistas utópicos haciendo ver al Mundo el ejemplo de un estado socialista o que aquella República de Platón en la que gobernaba el sabio puede hacerse realidad, quizá como dijo la canción de Labordeta "Ni tu, ni yo, ni el otro la lleguemos a ver pero habrá que empujarla para que pueda ser". Nunca dejes de soñar y nunca renuncies a tus ideales pues otro Mundo es posible.