Bijuesca 23 de Abril de 2014. Había vuelto a mi viejo pueblo a pasar el día del patrón, quería hacer algo distinto y aquella noche, aprovechando el anómalo buen tiempo primaveral que hacía decidí hacer algo que no había hecho antes, ir a bañarme de noche al emblemático Pozo de los Chorros, la cascada sagrada de los bijuescanos. Al meterme al agua, de repente me sentí arrastrado por la corriente y acercándome cada vez más al centro de la cascada, pese a mis esfuerzos no era capaz de llegar a la orilla y poco a poco sentí que me ahogaba, justo antes de sumergirme en el agua, miré al cielo y divisé en el pequeño trozo de cielo que se abre entre los árboles del paraje la constelación del Dragón, sentí un brillo intenso en ella como núnca lo había visto antes. Es entonces cuando al borde de perder el conocimiento, sentí una fuerza interior de proporciones inmensas, como nunca había sentido antes y en un instinto de supervivencia levanté el puño con todas mis fuerzas dando una poderosa brazada al agua, en ese momento temblaron todas las aguas de la poza y logré algo inimaginable, sorprendente, logré invertir el curso de la cascada, las aguas que desde tiempos inmemoriables habían fluído hacia abajo, por un momento subieron hasta el cielo llegando hasta la misma constelación del Dragón que tanto brillaba y a continuación, tras una gran explosión en la cual habían desaparecido esas aguas ascendentes en el cielo junto a la constelación del Dragón, veo descender un meteorito al lugar en el que me encontraba, tras impactar en la tierra me acerqué a comprobar de qué se trataba y de repente, un brillo intenso rodeó mi cuerpo, en un instante una brillante y poderosa armadura había vestido mi cuerpo.
No encontraba explicación a lo ocurrido y aterrorizado corrí desorientado por el paraje entrando sin darme cuenta en la legendaria cueva que se encuentra junto a la poza, tropecé con algo y caí a un precipicio pequeño que había dentro de la cueva, al levantar la cabeza se encontraba delante de mí un hombre viejo. Le pregunté quién era, qué estaba pasando, tras un silencio respondió presentándose como el legendario guerrero Dohko de Libra que había luchado en todas las guerras santas contra los enemigos de la Diosa Athena y que el motivo por el que vestía la armadura que ahora portaba y lo que me había sucedido esa noche no es otro sino el signo de la llegada de una nueva guerra santa contra las fuerzas del mal y que yo había sido elegido por Athena para defender al Mundo. Le pregunté entonces qué es lo que debía hacer ahora y entonces me contó la historia del legendario Caballero Santo Chorche que vistió en la época del mito la armadura que yo portaba, en aquel entonces para luchar contra un terrible Dragón que amenazó a todo su poblado, la explicación de que vuelva a aparecer la misma armadura, la armadura del Dragón en honor a su gesta acabando con el terrible dragón, es que una nueva amenaza va a caer sobre nuestro poblado y que soy el único que puede hacer frente a ella. Decidí abandonar entonces el lugar y volver hacia el pueblo pero antes de irme, el anciano me detuvo un instante diciéndome que tenía que recordarme algo, me dijo que sólo podría vencer a mis rivales y sacar todo el poder de la armadura que llevaba si despertaba el séptimo sentido, al preguntarle qué era eso me respondió que no podía enseñarme qué era el séptimo sentido pues la respuesta está en mí mismo, es una fuerza interior latente que va más allá de los sentidos comunes y que sólo de mí dependería que ésta surgiera, que se trataba de la misma fuerza que me llevó a ser capaz del milagro de invertir el rumbo de la cascada legendaria.
Llegando al pueblo al amanecer encuentro que hay un fuerte revuelo entre las gentes, todo el mundo está aterrorizado y escandalizado, hay confusión y gritos por las calles, tanta que incluso mi nueva apariencia de Caballero pasa desapercibida, entonces pregunto a uno de los lugareños qué es lo que sucede y me comentan que han secuestrado a la Reina de Fiestas, la han buscado por todo el pueblo y no logran encontrarla. De repente, un gran nubarron oscuro se cierne sobre el Castillo de Bijuesca, todo se envuelve de tinieblas por un instante y un gran abismo cae sobre el Castillo, un momento después aparece una figura de ese abismo que con voz tenebrosa y potente dice que él es el Dios Dionisios, Dios de la Fiesta y el Vino y que había llegado a Bijuesca para llevarse a la nueva reencarnación de la Diosa Athena que se encontraba en Bijuesca. Entonces yo le respondí que eso no era posible, que no conoce en éste pueblo nadie que se llame así tras lo cual levantó su capa oscura y apareció Beatrix, una lugareña amiga de la infancia encadenada por él, le dije que la soltase inmediatamente y el respondió que ella es la reencarnación de la Diosa Athena y que se había proclamado Reina de Fiestas de Bijuesca para robarle todo su poder coronándose como Reina de la capital de la Fiesta y que eso no lo podía tolerar como Dios de la Fiesta que era por lo que debía eliminarla. La ira se apoderó de mí y me lancé hacia él para detenerle pero sentí un fuerte impacto que me mandó al suelo tras el cual Dionisios dijo que sólo la volvería a ver si logro llegar al Castillo del que ahora se había apropiado y vencerle y para ello tenía que cruzar el pueblo atravesando los templos de los Siete Peñistas del Apocalipsis, legendarios hombres de la Fiesta del pueblo de Bijuesca que habían sido poseídos por Dionisios para destruir a su propio pueblo. Acepté su desafío y me puse en marcha pero me advirtió que no lo lograría jamás pues la cuenta atrás estaba echada, había convertido la sangre de Athena en el vino de la sangría de fiestas y en el momento que ésta se acabase moriría, no había tiempo que emprender y con fuerza emprendí el camino.
Acudo a mi peña, refugio en el que siempre había encontrado respuestas a mis dudas y la encuentro diferente, de repente se había transformado en una especie de templo como aquellos de la antigua Grecia, al momento sale de allí un hombre, el era Leitus, primo mío y compañero de muchas batallas y aventuras, para mi sorpresa él vestía también una especie de armadura de colores, le pregunto qué ha pasado en la peña y por qué viste esa indumentaria, él responde que éste recinto ya no es la peña sino uno de los siete Templos de Dionisios y que él era uno de los Siete Peñistas del Apocalipsis y vestía en consecuencia su armadura a la que llamaba Gorrinera. Entonces me preguntó que qué hacía yo Chorche vistiendo la armadura del Dragón del legendario Caballero del Santo Chorche y yo le respondí que el motivo era evidente a lo que respondió que qué me hacía pensar que él me iba a dejar pasar, le dije que si me estaba retando y se puso en posición de combate. Habíamos crecido juntos, era difícil saber quién de los dos podía ser más poderoso, conocíamos mutuamente nuestras técnicas y habilidades pero ante todo nos guardábamos un gran respeto o estima, el resultado de una contienda entre los dos era impredecible. De modo inexplicable surgieron de nuestras manos unas masas de energía que nos lanzamos mutuamente creando una colisión que desprendía una gran energía, ambos tratamos de despejar hacia el otro la masa resultante de la colisión pero el equilibro de fuerzas era inmenso tras lo cual la bola se desintegró haciéndose un gran silencio. Leitus bajó la guardia y dijo que eso era todo, me quedé sorprendido por lo ocurrido y me explicó que únicamente quería ponerme a prueba, ver de lo que era capaz y se quedaba ahora tranquilo, ya podía confiar en mi fuerza para derrotar a Dionisios, entonces le pregunté si el era aliado o enemigo y me respondió que estaba de nuestro lado, que había sido el único Peñista del Apocalipsis que había logrado escapar del control de Dionisios pero que el resto me desafiaría hasta el final, me dijo que al resto los podía encontrar en cada una de las Peñas que ahora se habían transformado por obra de Dionisios en Templos y me dijo que recordara las palabras del anciano que había encontrado en la cascada si quería vencer.
Abandono nuestro Templo y me acerco al segundo Templo, éste era el Templo Moranja y entrando en él siento una melodía que llena mis oídos, es el sonido de una trompeta, quien la toca es Manolik quien se presenta como Peñista del Apocalipsis de ese Templo diciéndome que no pasaría de ese templo, traté de dialogar con él para hacerle entrar en razón pero no pronunció más palabras, continuó tocando su trompeta con acordes de canciones de verbena, sentí entonces que mi cuerpo no paraba de moverse, bailaba sin parar cual marioneta y era incapaz de detenerme ni de controlar mis movimientos, sentía que iba a caer presa de una eterna danza y en un fuerte esfuerzo logré taparme los oídos pero ni eso fue suficiente pues su música atravesaba mis manos y mis tímpanos, penetraba directamente por mi piel. Sumido en la desesperación de mi brazo apoyado en mi cabeza cae del brazalete hacia mi boca un instrumento, se trataba de mi dulzaina, herramienta de combate que había usado en tantas fiestas y batallas. Me levanté y puse a interpretar el repertorio completo de mudanzas de mi gremio de músicos, en ese momento se detiene el sonido de la trompeta de Manolik, ésta se cae al suelo y Manolik sale aterrorizado del templo pidiéndome que me detenga, yo sigo tocando no creyendo en sus palabras y él decide rendirse y jurar lealtad a Athena. Detengo mi repertorio y Manolik me indica el camino hacia el siguiente templo diciéndome que desconfíe de todo lo que me encuentre en aquel templo, que nada es lo que parece y que puedo caer en una trampa.
Entro en el siguiente templo, el Templo de color verde, el aroma en éste templo es embriagador, todo está lleno de detalles de gran belleza, de repente, siento una dulce voz llamándome a entrar al templo, me encuentro entonces con una mujer vestida con una de las Gorrineras, ella se presenta como Anae, una Peñista del Apocalipsis y se muestra muy gentil y amable y me invita a sentarme a dialogar y tomar algo, me siento cómodo y encantado pero le digo que tengo prisa y debo seguir adelante, de repente me rodean siete musas de infinita belleza, adorables y de presencia inmejorable. Siento que mi corazón palpita a mil revoluciones, estoy empezando a sentir un tembleque en mi interior a lo que responde Anae que es la fuerza del amor, no puedo escapar de ella y cual caballero enamorado seré derrotado como todos los caballeros enamorados de la historia, ese era mi destino. No podía resistirme a lo que estaba pasando, no surgían ni de mí ni de armadura energía alguna que pudiera combatir pues nada me amenazaba, me sentía tan bien y tan cómodo... De repente oigo que alguien pronuncia mi nombre y eso me hace recordar que soy Chorche y por tanto, aquel del que nadie podía enamorarse, hacia el que nunca se acercaban las musas por lo que desperté de aquel letargo y me levanté haciendo desaparecer a todas musas. Anae se quedó sorprendida preguntando cómo había logrado destruir su hechizo del amor y yo le respondí que tras oir mi nombre, descubrí que todo era una ilusión y que nada era real, recordé lo que me dijo Manolik que desconfiara de todo lo que viera por lo que lanzé un ataque contra ella que no pudo detener y la derribé, la puerta del Templo estaba abierta para acceder al siguiente Templo. A la salida me encontré con otro familiar mío, Vic Thor que dijo que me había llamado al oirme entrar en ese Templo que él solía frecuentar, le saludé y le dí las gracias, había sido gracias a que él pronunció mi nombre que había logrado despertar de mi letargo, me despedí de él y continué al siguiente Templo.
En el cuarto Templo, el Templo del Movimiento donde estaba Jose Lito, quien se presenta como el más poderoso de los Peñistas del Apocalipsis y que luce la más brillante Gorrinera compuesta por los colores de todas las Gorrineras de la galaxia, entonces hace aparecer un gigantesco recipiente lleno de un líquido dorado que bloquea la salida del Templo diciéndome que nunca lograré atravesarlo pues debo vaciar ese recipiente, entonces él dice que mientras lo intento él se va a ir del Templo para destruir todo el pueblo a hostia limpia, para detenerlo imito su técnica y hago situar otro recipiente de las mismas proporciones en la entrada al Templo lleno del mismo líquido dorado y le explico que si quiere salir del Templo para destruir el pueblo deberá vaciar el recipiente, empezamos entonces a beber el líquido de los respectivos recipientes siendo conscientes de que quien antes acabe, logrará la victoria. Observo que sus dotes son inmensas, se traga el fluído dorado a la velocidad de la luz duplicando la mía, en un esfuerzo por igualarle empiezo a sentir mareos, que todo empieza a dar vueltas, siento que desfallezco cuando de repente cae sobre mi cuello un collar, me lo ha enviado desde su Templo mi aliado Leitus dándome los poderes necesarios para vaciar el recipiente pues cada una de las cuentas del collar es el tapón de todos los recipientes del mismo fluído que él logro beberse en una batalla legendaria y que por tanto me daría los poderes necesarios para superar el desafío. Pero aún así Jose Lito seguía con ventaja, sus poderes vaciando el fluído superaban los míos y los de mi aliado juntos y lo que era peor, se mostraba inmune, sin ningún efecto en su cuerpo. Entonces, justo antes de que vaciara del todo su recipiente, le dije que ese Dionisios a quien defiende le había llamado gay y que no tenía huevos a plantarle cara y por ese motivo había decidido servirle, entonces Jose Lito entra en un ataque de ira y destruye los dos recipientes del Templo y se lanza él sólo a destruir a Dionisios por esa afrenta pero desde el Castillo, Dionisios le lanza un rayo de vino que tumba al suelo a Jose Lito, después de todo, estaba más debilitado por la batalla contra mí de lo que aparentaba. En todo caso, el camino al siguiente Templo estaba libre.
Paso al quinto templo, el Templo del Cachirulo que está defendido por un guerrero que se presenta en ese mismo instante, él dice ser el Peñista del Apocalipsis Vicentos y su Gorrinera luce de colores rojos y negros. Cuando me dispongo a desafiarle, saca de su brazo un arma, se trata de una sartén gigante que arde delante mío, dice que sobre ella va a freir huevos y que sólo me dejaría salir de su templo si logro comerme todos. Encontré sencillo el desafío y acepté su reto pensando que se trataba de una simple puesta a prueba y que en el fondo era de nuestro bando por lo que empecé a comerme uno por uno los huevos fritos, pero el tiempo pasaba y él seguía friendo huevos pero yo en un esfuerzo de voluntad seguía adelante devorándolos pensando que acabaría cansándose. Ya me encontraba al límite del reviente, casi no podía más y los huevos seguían llegando y él se veía infatigable, entonces decidí concentrar todas mis fuerzas en búsqueda de ese Séptimo Sentido del que me habló aquel anciano. Tras un duro esfuerzo de meditación descubrí que no se trataba de un sentido en sí sino de algo material y lo busqué en el interior de mi armadura, apareció entonces una botella que ponía en su etiqueta Séptimo Sentido 90º y entendí que había logrado la respuesta. Me dirigí entonces a vicentos y le dije que él me había vencido, que me rendía y que no podía más y que como tributo a su triunfo le entregaba el centro de mi armadura para que la exibiese ante su Dios, cogió entonces la botella y decidió bebérsela cayendo en un estado de fuera de si, dejando su sartén y poniéndose a bailar. Aproveché el momento y abandoné el Templo para llegar al siguiente.
El siguiente templo era de color muy oscuro, tanto como el cosmos que se había apoderado del Castillo con la llegada de Dionisios, entro en su interior y oigo que unos pasos se acercan hacia mí, al acercarme descubro que no eran pasos sino el movimiento de unas piezas negras, oscuras como el templo, delante de ellas se descubre un señor que emana un gran poder, el se descubre como el Peñista del Apocalipsis del León que asimismo, es el jefe de todos los Peñistas del Apocalipsis y de ahí la explicación al gran poder que emanaba, me explica que no iba a dejarme pasar y que aquí acababa mi viaje mientras sigue acercando hacia mí sus piezas negras. Es en ese momento cuando recuerdo una vieja estrategia para derribar piezas negras que conocí en tiempos, aquella a la que llamaban ajedrez para la cual debía hacer aparecer sobre la escena de batalla un número equivalente de piezas de color blanco, es entonces cuando hago aparecerlas haciendo uso de mis poderes y empieza el desafío del ajedrez entre el Peñista del Apocalipsis y yo, aquel que consiga eliminar la pieza llamada Rey será quien consiga la victoria. Haciendo uso de la sabiduría acumulada por años de batalla en esa técnica logro acorralarle hasta estar cerca de derrotarle pero de repente lanza una contraofensiva que me deja sorprendido, estaba haciendo uso de una técnica que desconocía y que tenía un poder inmenso en el ajedrez, esa técnica no sólo había logrado repeler mi ataque sino que ahora estaba comprometiendo mi posición. Entonces le pregunto que cómo lo ha logrado si estaba al borde de la derrota y me explica que no sólo estaba él en su Templo sino que en ese Templo también estuvo en tiempos un legendario maestro del ajedrez llamado Caesar quien era el maestro de maestros de la estrategia del ajedrez, nunca había perdido un desafío y era invencible y que ahora él era el portador de sus enseñanzas y sus infalibles técnicas. Viéndome sin salida y al borde de la derrota decido invocar al Dios Cronos y en ese momento cae en el escenario de combate un reloj, cuenta la leyenda que cuando un reloj cae en el centro de un desafío al ajedrez no gana el mejor estratega sino el más rápido, el Peñista del Apocalipsis impactado por la sorpresa se queda en estado de shock sin saber que hacer y pasado un momento le digo que el tiempo se había acabado, había perdido la partida. Reconoce su derrota y me deja entrar al siguiente templo.
Llego por fín al último Templo, era diferente a todos los anteriores, se decía que el último Templo era el Templo de los sin Templo, el Templo del Bar en el que se refugiaban todos los Peñistas del Apocalipsis que habían sido echados de otros Templos, al acercarme a su entrada me encuentro alguien que la bloquea e impide su paso, se trata nada más y nada menos del legendario primer Rey de Bijuesca, el Gran Charles, hermano de la Peñista del Apocalipsis Anae y que se encontraba tumbado en la entrada del Templo inmerso en un sueño profundo y teniendo atadas a sus manos la llave de entrada al Templo. Es cuando me digo, maldición! Dionisios ha inmerso al Charles en un profundo sueño y lo han convertido en un Peñista del Apocalipsis que bloquea la entrada al último Templo, debo despertarlo si quiero avanzar. Trato de moverlo, darle poderosos golpes, gritos desesperados pero no reacciona, sigue inmovil inmerso en su sueño. Viendo que nada hace efecto decido recurrir de nuevo a mi más poderosa arma, la dulzaina tocando la más poderosa de todas las melodías pero tampoco consiguen hacer efecto en Charles. Desesperado y sin saber ya qué hacer lanzo contra él una botella que me había encontrado a la entrada del Templo, al chocar contra el suelo se levanta la chapa que tapaba la botella pronunciando un singular sonido ¡Pchst! y emanando de ella a continuación un aroma y un fluído equivalente a aquel del Templo del Movimiento, ese fluído logra rozar los labios de Charles y de repente, empieza a despertar. Se levanta Charles, está desorientado, mareado y somnoliento, me pregunta que qué hago aquí y qué ha pasado, que dónde estamos y le digo que no hay tiempo para más explicaciones, que debe abrir con la llave que lleva en su mano la entrada al templo y dejarme pasar. Entonces me abre la puerta y me deja pasar pero a condición de que le deje volverse a echar a dormir y que procure que nadie le vuelva a despertar, acepto la promesa y sigo mi camino dirigiéndome ya hacia el Castillo en donde se encuentra mi verdadero rival y el enemigo que debo destruir, el Dios Dionisios para liberar a la Reina Beatrix, la reencarnación de Athena.
Por fín llego al Castillo, está rodeado de un cosmos maligno capaz de aterrorizar a cualquier alma pero con determinación por poner fin a la batalla penetro en él y me encuentro un espejo, en él veo el reflejo de un gran perolo de sangría que está a punto de acabarse, es la sangre de Beatrix transformada en vino por Dionisios y que está a punto de ser consumida, no hay casi tiempo pero debo luchar hasta el final. Entonces aparece Dionisios y me dice que debo rendirme, que el tiempo está a punto de acabarse y que es el fín de Athenea, de Beatrix y de Bijuesca pero decido lanzarme en combate contra él para destruírlo. Dionisios repele todos mis ataques y decide poner fin a la batalla usando su más poderosa técnica, el poder del Kali Motxo, un poderoso fluído oscuro como el cosmos que rodea al Castillo y que se vierte hacia mí. Viendo que no puedo esquivarlo, decido absorber todo el fluído para tratar de anular su ataque, logro absorber todo el líquido y caigo al suelo. Dionisios entonces se acerca a mí y empieza a reir, grita con alegría que ha vencido y que el pueblo es suyo ahora pero su jolgorio se detiene al ver que de nuevo logro moverme y acto seguido levantarme, tantas batallas contra los Peñistas del Apocalipsis me habían dado la experiencia necesaria para ser capaz de resistir a ataques tan poderosos y es entonces cuando encuentro mi oportunidad de contraataque para acabar con Dionisios por lo que nuevamente saco mi arma secreta, la dulzaina y me pongo a tocarla. De ella se desprende una terrible melodía que no logro controlar, produciendo una desafinación que traspasa las barreras del Castillo penetrando en todo el poblado y llegando hasta el Templo más cercano al Castillo, el Templo en el que se encontraba durmiendo Charles que se despierta al penetrar en sus oídos tan terrible melodía y empieza a gritar juramentos por haber sido despertado. Son tan pronunciados sus juramentos que llegan a mis oídos mientras que Dionisios se rie diciendo que pese a que había sobrevivido a su ataque del Kali Motxo, seguía bajo sus efectos y en consecuencia no he podido controlar mi arma, mi dulzaina haciendo que ésta ataque a mis aliados en lugar de a él. En ese momento siento una ira inmensa, siento que mi armadura tiembla, que arde un aura inmensa de energía a mi alrededor y un poder destructivo ilimitado surge de mi cuerpo. Dionisios había hecho que faltara a mi promesa al Gran Charles, había hecho que lo despierte, no podía tolerarlo, podía tolerar que destruyese a Beatrix y al pueblo entero pero despertar al Charles era un sacrilegio y en ese insante, llegando al sumun de la ira concentré mi poder al máximo haciendo surgir un Dragón gigante, era el Legendario Dragón del Santo Chorche, el primer portador de mi armadura, había logrado el poder máximo que podía alcanzar como Caballero e igualar los poderes del Santo Chorche por lo que invoco al Dragón para que destruya a Dionisios y ambos se funden en una gran explosión.
Tras la gigante explosión me levanto de nuevo y descubro que el Dragón ya había desaparecido, el aura maligna del Castillo había desaparecido y Dionisios había sido aniquilado quedando reducido a un gigante charco de vino y la gran perola de sangría de la sangre de Athena había sido anulada. Entonces descubro a Beatrix que estaba encadenada y cuando acudo a liberala, me encuentro con que las cadenas estaban hechas de oricalco, un material mítico que ni yo con todos mis poderes podía destruir.
No encontraba explicación a lo ocurrido y aterrorizado corrí desorientado por el paraje entrando sin darme cuenta en la legendaria cueva que se encuentra junto a la poza, tropecé con algo y caí a un precipicio pequeño que había dentro de la cueva, al levantar la cabeza se encontraba delante de mí un hombre viejo. Le pregunté quién era, qué estaba pasando, tras un silencio respondió presentándose como el legendario guerrero Dohko de Libra que había luchado en todas las guerras santas contra los enemigos de la Diosa Athena y que el motivo por el que vestía la armadura que ahora portaba y lo que me había sucedido esa noche no es otro sino el signo de la llegada de una nueva guerra santa contra las fuerzas del mal y que yo había sido elegido por Athena para defender al Mundo. Le pregunté entonces qué es lo que debía hacer ahora y entonces me contó la historia del legendario Caballero Santo Chorche que vistió en la época del mito la armadura que yo portaba, en aquel entonces para luchar contra un terrible Dragón que amenazó a todo su poblado, la explicación de que vuelva a aparecer la misma armadura, la armadura del Dragón en honor a su gesta acabando con el terrible dragón, es que una nueva amenaza va a caer sobre nuestro poblado y que soy el único que puede hacer frente a ella. Decidí abandonar entonces el lugar y volver hacia el pueblo pero antes de irme, el anciano me detuvo un instante diciéndome que tenía que recordarme algo, me dijo que sólo podría vencer a mis rivales y sacar todo el poder de la armadura que llevaba si despertaba el séptimo sentido, al preguntarle qué era eso me respondió que no podía enseñarme qué era el séptimo sentido pues la respuesta está en mí mismo, es una fuerza interior latente que va más allá de los sentidos comunes y que sólo de mí dependería que ésta surgiera, que se trataba de la misma fuerza que me llevó a ser capaz del milagro de invertir el rumbo de la cascada legendaria.
Llegando al pueblo al amanecer encuentro que hay un fuerte revuelo entre las gentes, todo el mundo está aterrorizado y escandalizado, hay confusión y gritos por las calles, tanta que incluso mi nueva apariencia de Caballero pasa desapercibida, entonces pregunto a uno de los lugareños qué es lo que sucede y me comentan que han secuestrado a la Reina de Fiestas, la han buscado por todo el pueblo y no logran encontrarla. De repente, un gran nubarron oscuro se cierne sobre el Castillo de Bijuesca, todo se envuelve de tinieblas por un instante y un gran abismo cae sobre el Castillo, un momento después aparece una figura de ese abismo que con voz tenebrosa y potente dice que él es el Dios Dionisios, Dios de la Fiesta y el Vino y que había llegado a Bijuesca para llevarse a la nueva reencarnación de la Diosa Athena que se encontraba en Bijuesca. Entonces yo le respondí que eso no era posible, que no conoce en éste pueblo nadie que se llame así tras lo cual levantó su capa oscura y apareció Beatrix, una lugareña amiga de la infancia encadenada por él, le dije que la soltase inmediatamente y el respondió que ella es la reencarnación de la Diosa Athena y que se había proclamado Reina de Fiestas de Bijuesca para robarle todo su poder coronándose como Reina de la capital de la Fiesta y que eso no lo podía tolerar como Dios de la Fiesta que era por lo que debía eliminarla. La ira se apoderó de mí y me lancé hacia él para detenerle pero sentí un fuerte impacto que me mandó al suelo tras el cual Dionisios dijo que sólo la volvería a ver si logro llegar al Castillo del que ahora se había apropiado y vencerle y para ello tenía que cruzar el pueblo atravesando los templos de los Siete Peñistas del Apocalipsis, legendarios hombres de la Fiesta del pueblo de Bijuesca que habían sido poseídos por Dionisios para destruir a su propio pueblo. Acepté su desafío y me puse en marcha pero me advirtió que no lo lograría jamás pues la cuenta atrás estaba echada, había convertido la sangre de Athena en el vino de la sangría de fiestas y en el momento que ésta se acabase moriría, no había tiempo que emprender y con fuerza emprendí el camino.
Acudo a mi peña, refugio en el que siempre había encontrado respuestas a mis dudas y la encuentro diferente, de repente se había transformado en una especie de templo como aquellos de la antigua Grecia, al momento sale de allí un hombre, el era Leitus, primo mío y compañero de muchas batallas y aventuras, para mi sorpresa él vestía también una especie de armadura de colores, le pregunto qué ha pasado en la peña y por qué viste esa indumentaria, él responde que éste recinto ya no es la peña sino uno de los siete Templos de Dionisios y que él era uno de los Siete Peñistas del Apocalipsis y vestía en consecuencia su armadura a la que llamaba Gorrinera. Entonces me preguntó que qué hacía yo Chorche vistiendo la armadura del Dragón del legendario Caballero del Santo Chorche y yo le respondí que el motivo era evidente a lo que respondió que qué me hacía pensar que él me iba a dejar pasar, le dije que si me estaba retando y se puso en posición de combate. Habíamos crecido juntos, era difícil saber quién de los dos podía ser más poderoso, conocíamos mutuamente nuestras técnicas y habilidades pero ante todo nos guardábamos un gran respeto o estima, el resultado de una contienda entre los dos era impredecible. De modo inexplicable surgieron de nuestras manos unas masas de energía que nos lanzamos mutuamente creando una colisión que desprendía una gran energía, ambos tratamos de despejar hacia el otro la masa resultante de la colisión pero el equilibro de fuerzas era inmenso tras lo cual la bola se desintegró haciéndose un gran silencio. Leitus bajó la guardia y dijo que eso era todo, me quedé sorprendido por lo ocurrido y me explicó que únicamente quería ponerme a prueba, ver de lo que era capaz y se quedaba ahora tranquilo, ya podía confiar en mi fuerza para derrotar a Dionisios, entonces le pregunté si el era aliado o enemigo y me respondió que estaba de nuestro lado, que había sido el único Peñista del Apocalipsis que había logrado escapar del control de Dionisios pero que el resto me desafiaría hasta el final, me dijo que al resto los podía encontrar en cada una de las Peñas que ahora se habían transformado por obra de Dionisios en Templos y me dijo que recordara las palabras del anciano que había encontrado en la cascada si quería vencer.
Abandono nuestro Templo y me acerco al segundo Templo, éste era el Templo Moranja y entrando en él siento una melodía que llena mis oídos, es el sonido de una trompeta, quien la toca es Manolik quien se presenta como Peñista del Apocalipsis de ese Templo diciéndome que no pasaría de ese templo, traté de dialogar con él para hacerle entrar en razón pero no pronunció más palabras, continuó tocando su trompeta con acordes de canciones de verbena, sentí entonces que mi cuerpo no paraba de moverse, bailaba sin parar cual marioneta y era incapaz de detenerme ni de controlar mis movimientos, sentía que iba a caer presa de una eterna danza y en un fuerte esfuerzo logré taparme los oídos pero ni eso fue suficiente pues su música atravesaba mis manos y mis tímpanos, penetraba directamente por mi piel. Sumido en la desesperación de mi brazo apoyado en mi cabeza cae del brazalete hacia mi boca un instrumento, se trataba de mi dulzaina, herramienta de combate que había usado en tantas fiestas y batallas. Me levanté y puse a interpretar el repertorio completo de mudanzas de mi gremio de músicos, en ese momento se detiene el sonido de la trompeta de Manolik, ésta se cae al suelo y Manolik sale aterrorizado del templo pidiéndome que me detenga, yo sigo tocando no creyendo en sus palabras y él decide rendirse y jurar lealtad a Athena. Detengo mi repertorio y Manolik me indica el camino hacia el siguiente templo diciéndome que desconfíe de todo lo que me encuentre en aquel templo, que nada es lo que parece y que puedo caer en una trampa.
Entro en el siguiente templo, el Templo de color verde, el aroma en éste templo es embriagador, todo está lleno de detalles de gran belleza, de repente, siento una dulce voz llamándome a entrar al templo, me encuentro entonces con una mujer vestida con una de las Gorrineras, ella se presenta como Anae, una Peñista del Apocalipsis y se muestra muy gentil y amable y me invita a sentarme a dialogar y tomar algo, me siento cómodo y encantado pero le digo que tengo prisa y debo seguir adelante, de repente me rodean siete musas de infinita belleza, adorables y de presencia inmejorable. Siento que mi corazón palpita a mil revoluciones, estoy empezando a sentir un tembleque en mi interior a lo que responde Anae que es la fuerza del amor, no puedo escapar de ella y cual caballero enamorado seré derrotado como todos los caballeros enamorados de la historia, ese era mi destino. No podía resistirme a lo que estaba pasando, no surgían ni de mí ni de armadura energía alguna que pudiera combatir pues nada me amenazaba, me sentía tan bien y tan cómodo... De repente oigo que alguien pronuncia mi nombre y eso me hace recordar que soy Chorche y por tanto, aquel del que nadie podía enamorarse, hacia el que nunca se acercaban las musas por lo que desperté de aquel letargo y me levanté haciendo desaparecer a todas musas. Anae se quedó sorprendida preguntando cómo había logrado destruir su hechizo del amor y yo le respondí que tras oir mi nombre, descubrí que todo era una ilusión y que nada era real, recordé lo que me dijo Manolik que desconfiara de todo lo que viera por lo que lanzé un ataque contra ella que no pudo detener y la derribé, la puerta del Templo estaba abierta para acceder al siguiente Templo. A la salida me encontré con otro familiar mío, Vic Thor que dijo que me había llamado al oirme entrar en ese Templo que él solía frecuentar, le saludé y le dí las gracias, había sido gracias a que él pronunció mi nombre que había logrado despertar de mi letargo, me despedí de él y continué al siguiente Templo.
En el cuarto Templo, el Templo del Movimiento donde estaba Jose Lito, quien se presenta como el más poderoso de los Peñistas del Apocalipsis y que luce la más brillante Gorrinera compuesta por los colores de todas las Gorrineras de la galaxia, entonces hace aparecer un gigantesco recipiente lleno de un líquido dorado que bloquea la salida del Templo diciéndome que nunca lograré atravesarlo pues debo vaciar ese recipiente, entonces él dice que mientras lo intento él se va a ir del Templo para destruir todo el pueblo a hostia limpia, para detenerlo imito su técnica y hago situar otro recipiente de las mismas proporciones en la entrada al Templo lleno del mismo líquido dorado y le explico que si quiere salir del Templo para destruir el pueblo deberá vaciar el recipiente, empezamos entonces a beber el líquido de los respectivos recipientes siendo conscientes de que quien antes acabe, logrará la victoria. Observo que sus dotes son inmensas, se traga el fluído dorado a la velocidad de la luz duplicando la mía, en un esfuerzo por igualarle empiezo a sentir mareos, que todo empieza a dar vueltas, siento que desfallezco cuando de repente cae sobre mi cuello un collar, me lo ha enviado desde su Templo mi aliado Leitus dándome los poderes necesarios para vaciar el recipiente pues cada una de las cuentas del collar es el tapón de todos los recipientes del mismo fluído que él logro beberse en una batalla legendaria y que por tanto me daría los poderes necesarios para superar el desafío. Pero aún así Jose Lito seguía con ventaja, sus poderes vaciando el fluído superaban los míos y los de mi aliado juntos y lo que era peor, se mostraba inmune, sin ningún efecto en su cuerpo. Entonces, justo antes de que vaciara del todo su recipiente, le dije que ese Dionisios a quien defiende le había llamado gay y que no tenía huevos a plantarle cara y por ese motivo había decidido servirle, entonces Jose Lito entra en un ataque de ira y destruye los dos recipientes del Templo y se lanza él sólo a destruir a Dionisios por esa afrenta pero desde el Castillo, Dionisios le lanza un rayo de vino que tumba al suelo a Jose Lito, después de todo, estaba más debilitado por la batalla contra mí de lo que aparentaba. En todo caso, el camino al siguiente Templo estaba libre.
Paso al quinto templo, el Templo del Cachirulo que está defendido por un guerrero que se presenta en ese mismo instante, él dice ser el Peñista del Apocalipsis Vicentos y su Gorrinera luce de colores rojos y negros. Cuando me dispongo a desafiarle, saca de su brazo un arma, se trata de una sartén gigante que arde delante mío, dice que sobre ella va a freir huevos y que sólo me dejaría salir de su templo si logro comerme todos. Encontré sencillo el desafío y acepté su reto pensando que se trataba de una simple puesta a prueba y que en el fondo era de nuestro bando por lo que empecé a comerme uno por uno los huevos fritos, pero el tiempo pasaba y él seguía friendo huevos pero yo en un esfuerzo de voluntad seguía adelante devorándolos pensando que acabaría cansándose. Ya me encontraba al límite del reviente, casi no podía más y los huevos seguían llegando y él se veía infatigable, entonces decidí concentrar todas mis fuerzas en búsqueda de ese Séptimo Sentido del que me habló aquel anciano. Tras un duro esfuerzo de meditación descubrí que no se trataba de un sentido en sí sino de algo material y lo busqué en el interior de mi armadura, apareció entonces una botella que ponía en su etiqueta Séptimo Sentido 90º y entendí que había logrado la respuesta. Me dirigí entonces a vicentos y le dije que él me había vencido, que me rendía y que no podía más y que como tributo a su triunfo le entregaba el centro de mi armadura para que la exibiese ante su Dios, cogió entonces la botella y decidió bebérsela cayendo en un estado de fuera de si, dejando su sartén y poniéndose a bailar. Aproveché el momento y abandoné el Templo para llegar al siguiente.
El siguiente templo era de color muy oscuro, tanto como el cosmos que se había apoderado del Castillo con la llegada de Dionisios, entro en su interior y oigo que unos pasos se acercan hacia mí, al acercarme descubro que no eran pasos sino el movimiento de unas piezas negras, oscuras como el templo, delante de ellas se descubre un señor que emana un gran poder, el se descubre como el Peñista del Apocalipsis del León que asimismo, es el jefe de todos los Peñistas del Apocalipsis y de ahí la explicación al gran poder que emanaba, me explica que no iba a dejarme pasar y que aquí acababa mi viaje mientras sigue acercando hacia mí sus piezas negras. Es en ese momento cuando recuerdo una vieja estrategia para derribar piezas negras que conocí en tiempos, aquella a la que llamaban ajedrez para la cual debía hacer aparecer sobre la escena de batalla un número equivalente de piezas de color blanco, es entonces cuando hago aparecerlas haciendo uso de mis poderes y empieza el desafío del ajedrez entre el Peñista del Apocalipsis y yo, aquel que consiga eliminar la pieza llamada Rey será quien consiga la victoria. Haciendo uso de la sabiduría acumulada por años de batalla en esa técnica logro acorralarle hasta estar cerca de derrotarle pero de repente lanza una contraofensiva que me deja sorprendido, estaba haciendo uso de una técnica que desconocía y que tenía un poder inmenso en el ajedrez, esa técnica no sólo había logrado repeler mi ataque sino que ahora estaba comprometiendo mi posición. Entonces le pregunto que cómo lo ha logrado si estaba al borde de la derrota y me explica que no sólo estaba él en su Templo sino que en ese Templo también estuvo en tiempos un legendario maestro del ajedrez llamado Caesar quien era el maestro de maestros de la estrategia del ajedrez, nunca había perdido un desafío y era invencible y que ahora él era el portador de sus enseñanzas y sus infalibles técnicas. Viéndome sin salida y al borde de la derrota decido invocar al Dios Cronos y en ese momento cae en el escenario de combate un reloj, cuenta la leyenda que cuando un reloj cae en el centro de un desafío al ajedrez no gana el mejor estratega sino el más rápido, el Peñista del Apocalipsis impactado por la sorpresa se queda en estado de shock sin saber que hacer y pasado un momento le digo que el tiempo se había acabado, había perdido la partida. Reconoce su derrota y me deja entrar al siguiente templo.
Llego por fín al último Templo, era diferente a todos los anteriores, se decía que el último Templo era el Templo de los sin Templo, el Templo del Bar en el que se refugiaban todos los Peñistas del Apocalipsis que habían sido echados de otros Templos, al acercarme a su entrada me encuentro alguien que la bloquea e impide su paso, se trata nada más y nada menos del legendario primer Rey de Bijuesca, el Gran Charles, hermano de la Peñista del Apocalipsis Anae y que se encontraba tumbado en la entrada del Templo inmerso en un sueño profundo y teniendo atadas a sus manos la llave de entrada al Templo. Es cuando me digo, maldición! Dionisios ha inmerso al Charles en un profundo sueño y lo han convertido en un Peñista del Apocalipsis que bloquea la entrada al último Templo, debo despertarlo si quiero avanzar. Trato de moverlo, darle poderosos golpes, gritos desesperados pero no reacciona, sigue inmovil inmerso en su sueño. Viendo que nada hace efecto decido recurrir de nuevo a mi más poderosa arma, la dulzaina tocando la más poderosa de todas las melodías pero tampoco consiguen hacer efecto en Charles. Desesperado y sin saber ya qué hacer lanzo contra él una botella que me había encontrado a la entrada del Templo, al chocar contra el suelo se levanta la chapa que tapaba la botella pronunciando un singular sonido ¡Pchst! y emanando de ella a continuación un aroma y un fluído equivalente a aquel del Templo del Movimiento, ese fluído logra rozar los labios de Charles y de repente, empieza a despertar. Se levanta Charles, está desorientado, mareado y somnoliento, me pregunta que qué hago aquí y qué ha pasado, que dónde estamos y le digo que no hay tiempo para más explicaciones, que debe abrir con la llave que lleva en su mano la entrada al templo y dejarme pasar. Entonces me abre la puerta y me deja pasar pero a condición de que le deje volverse a echar a dormir y que procure que nadie le vuelva a despertar, acepto la promesa y sigo mi camino dirigiéndome ya hacia el Castillo en donde se encuentra mi verdadero rival y el enemigo que debo destruir, el Dios Dionisios para liberar a la Reina Beatrix, la reencarnación de Athena.
Por fín llego al Castillo, está rodeado de un cosmos maligno capaz de aterrorizar a cualquier alma pero con determinación por poner fin a la batalla penetro en él y me encuentro un espejo, en él veo el reflejo de un gran perolo de sangría que está a punto de acabarse, es la sangre de Beatrix transformada en vino por Dionisios y que está a punto de ser consumida, no hay casi tiempo pero debo luchar hasta el final. Entonces aparece Dionisios y me dice que debo rendirme, que el tiempo está a punto de acabarse y que es el fín de Athenea, de Beatrix y de Bijuesca pero decido lanzarme en combate contra él para destruírlo. Dionisios repele todos mis ataques y decide poner fin a la batalla usando su más poderosa técnica, el poder del Kali Motxo, un poderoso fluído oscuro como el cosmos que rodea al Castillo y que se vierte hacia mí. Viendo que no puedo esquivarlo, decido absorber todo el fluído para tratar de anular su ataque, logro absorber todo el líquido y caigo al suelo. Dionisios entonces se acerca a mí y empieza a reir, grita con alegría que ha vencido y que el pueblo es suyo ahora pero su jolgorio se detiene al ver que de nuevo logro moverme y acto seguido levantarme, tantas batallas contra los Peñistas del Apocalipsis me habían dado la experiencia necesaria para ser capaz de resistir a ataques tan poderosos y es entonces cuando encuentro mi oportunidad de contraataque para acabar con Dionisios por lo que nuevamente saco mi arma secreta, la dulzaina y me pongo a tocarla. De ella se desprende una terrible melodía que no logro controlar, produciendo una desafinación que traspasa las barreras del Castillo penetrando en todo el poblado y llegando hasta el Templo más cercano al Castillo, el Templo en el que se encontraba durmiendo Charles que se despierta al penetrar en sus oídos tan terrible melodía y empieza a gritar juramentos por haber sido despertado. Son tan pronunciados sus juramentos que llegan a mis oídos mientras que Dionisios se rie diciendo que pese a que había sobrevivido a su ataque del Kali Motxo, seguía bajo sus efectos y en consecuencia no he podido controlar mi arma, mi dulzaina haciendo que ésta ataque a mis aliados en lugar de a él. En ese momento siento una ira inmensa, siento que mi armadura tiembla, que arde un aura inmensa de energía a mi alrededor y un poder destructivo ilimitado surge de mi cuerpo. Dionisios había hecho que faltara a mi promesa al Gran Charles, había hecho que lo despierte, no podía tolerarlo, podía tolerar que destruyese a Beatrix y al pueblo entero pero despertar al Charles era un sacrilegio y en ese insante, llegando al sumun de la ira concentré mi poder al máximo haciendo surgir un Dragón gigante, era el Legendario Dragón del Santo Chorche, el primer portador de mi armadura, había logrado el poder máximo que podía alcanzar como Caballero e igualar los poderes del Santo Chorche por lo que invoco al Dragón para que destruya a Dionisios y ambos se funden en una gran explosión.
Tras la gigante explosión me levanto de nuevo y descubro que el Dragón ya había desaparecido, el aura maligna del Castillo había desaparecido y Dionisios había sido aniquilado quedando reducido a un gigante charco de vino y la gran perola de sangría de la sangre de Athena había sido anulada. Entonces descubro a Beatrix que estaba encadenada y cuando acudo a liberala, me encuentro con que las cadenas estaban hechas de oricalco, un material mítico que ni yo con todos mis poderes podía destruir.
Intento sin éxito con repetidos esfuerzos romper las cadenas pero todo esfuerzo resulta imposible, es entonces cuando acuden a mi ayuda todos los Peñistas del Apocalipsis para romper esas cadenas pero todos sus esfuerzos resultan inútiles. En ese momento aparece en el cielo la armadura de Libra, la armadura del anciano que encontré en la cueva que generosamente me entregaba para lograr mi misión. Esa armadura estaba formada por doce armas y debía elegir de las doce la más adecuada para destruir las cadenas que ataban a Beatrix, tras una reflexión elijo a la espada de la Justicia y evocando la legendaria técnica que había leído en leyendas de la Excalibur logro romper las cadenas que ataban a Beatrix.
El pueblo había sido salvado de ésta nueva amenaza, Beatrix había sido restituída en su trono volviendo a gobernar como Reina de Fiestas, todo el pueblo estaba en Fiesta y era un jolgorio recuperando su explendor y yo me fuí a celebrarlo junto a los Peñistas del Apocalipsis despojándome de mi armadura del Dragón y ellos de sus armaduras, las Gorrineras para bañarnos en la legendaria Fuente de los Infinitos Caños de nuestro poblado llenada ésta vez de con el vino y sangre del rival al que habíamos vencido, el Dios Dionisios. Fin.
El pueblo había sido salvado de ésta nueva amenaza, Beatrix había sido restituída en su trono volviendo a gobernar como Reina de Fiestas, todo el pueblo estaba en Fiesta y era un jolgorio recuperando su explendor y yo me fuí a celebrarlo junto a los Peñistas del Apocalipsis despojándome de mi armadura del Dragón y ellos de sus armaduras, las Gorrineras para bañarnos en la legendaria Fuente de los Infinitos Caños de nuestro poblado llenada ésta vez de con el vino y sangre del rival al que habíamos vencido, el Dios Dionisios. Fin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario