Aragoneses y aragonesas, hoy nuestro pueblo está sometido una vez más ante una gran amenaza, otra más de tantas que ha sufrido el pueblo aragonés a lo largo de su historia, sin embargo, ésta amenaza ya no es una más, no podemos consentir otro golpe más a nuestras gentes, nuestros pueblos, nuestro orgullo como pueblo, nuestra cultura, llevamos ya muchas heridas de guerra y ésta nueva amenaza puede ser el golpe de gracia que definitivamente nos cierre las puertas del futuro.
Ésta vez la amenaza no son las ordas almorávides, ni los pactos con nobles castellanos, ni la supresión de nuestros derechos y libertades, ni la supresión de nuestra autonomía como pueblo, ésta vez el enemigo es invisible, está escondido y disperso en los despachos de los grandes negocios, en los consejos de administración de grandes multinacionales, en la sede de algún banco, en los ilegítimos parlamentos de la clase política o tal vez en una lejana isla del pacífico, también llamados paraísos fiscales.
El enemigo como digo está disperso, oculto, no tiene un rostro visible, es por ello que debemos primero aprender a identificarlo, no confundirlo con sus secuaces, con la carnaza que usa para despistarnos, para desviar la fuerza de nuestra ira hacia falsos objetivos, ni mucho menos aún está en las clases populares, entre los que luchan por la libertad de su pueblo. No compañeros, no son por lo tanto los políticos a quienes votamos, ellos tan sólo son la carnaza, la marioneta del enemigo que maneja a su antojo para lograr sus perversos fines ni menos aún son los sindicatos defensores de la clase trabajadora, los movimientos sociales ni nuestros empleados públicos todos ellos, éstos colectivos al servicio del pueblo y los ciudadanos. El enemigo es el gigante capitalista, son los grandes especuladores, los jefes de la bolsa, los banqueros, los grandes empresarios, las asociaciones patronales, los usureros, los que miran a los ojos del obrero y ven una mercancía, los que ponen el valor del libre comercio, del libre enriquecimiento por encima de los valores fundamentales, de los derechos humanos.
Las obras del monstruo capitalista ya se han puesto de manifiesto, éstos son los serios ataques, las serias amenazas a las que se ha expuesto nuestro pueblo:
Se ha creado un ente llamado Europa, una mafia creada por el interés de los comerciantes, por el libre mercadeo, lejos de buscar la mejora y la igualdad en los derechos y libertades de todos los ciudadanos de los pueblos de Europa, se han mermado sus derechos convirtiendo la política, la soberanía popular en una mera declaración de buenas intenciones sin contenido sujeta a los dictados de la economía y de los mercaderes. Lejos de impulsar nuestra autonomía como pueblo, nuestro derecho a la autodeterminación y a ser libres y autónomos para decidir nuestro futuro, han dejado éste futuro en manos extranjeras, ya no es Madrid quien nos somete, ahora es el Emperador de Berlín y París.
En el nombre de Europa y del progreso se han destrozado nuestros campos, la fuente y madre de todas nuestras riquezas, de nuestra economía. Nos han despojado de nuestra cultura educando a nuestros niños a hablar lenguas extranjeras como segunda lengua, antes de que ésta segunda lengua sea la lengua de su pueblo, el aragonés o el catalán de Aragón. Nos han obligado a la fuerza a someternos al comercio exterior arruinando nuestros negocios, nuestras producciones, nuestras fuentes de energía, nuestras fábricas y cooperativas con la invasión de productos extranjeros producidos a bajo coste por manos esclavas. En definitiva, nos han privado de la soberanía al carecer de representantes aragoneses en esas instituciones europeas que ahora nos gobiernan.
En consecuencia, después de tantos años de falsa democracia y tanto progreso, hemos visto a nuestras gentes abandonar sus pueblos, dejando a los casi mil pueblos de nuestro país al borde del olvido, reduciendo el único foco de vida de nuestro pueblo en la ciudad de Zaragoza, en el burgo, la casa del burgués, la gran ciudad como viene siendo desde los comienzos del capitalismo. Hemos visto que se han burlado de todas nuestras peticiones, de nuestras reivindicaciones para vivir con dignidad, Teruel sigue sin existir para los Diputados de Madrid, el Trasvase del Ebro sigue en la mesa de debate de los mafiosos y más aún los macroproyectos de pantanos, siguen destrozando nuestras montañas y paisajes a base de devastadores proyectos que traen poca riqueza para el pueblo y mucha para unos pocos y nuestras comunicaciones siguen siendo la verguenza de España con el tunel de Canfranc cerrado tras siete décadas, con Teruel a cuatro horas de la capital del reino y con carreteras y ferrocarriles más bien propios del siglo XIX que de nuestro siglo. Mientras tanto Cataluña, Euskadi y Madrid siguen acaparando todas las riquezas, todos los medios, todas las leyes y se hacen caso a todas sus peticiones y en especial aquellas que benefician a ellos en detrimento del bienestar de los aragoneses.
Pero no con todo ello quiero dar un discurso victimista, no somos las únicas víctimas del ogro capitalista europeo, compartimos el sufrimiento con los ciudadanos de nuestro pueblos hermanos. Todos somos víctimas de la privación de nuestros derechos al abolirse en la práctica el derecho de los trabajadores, aumentar la pobreza y la ruptura social, la diferencia entre clases, aumentar el desempleo mientras unos pocos siguen aumentando sus propiedades y riquezas, privando a las gentes a su derecho a una vivienda digna, privatizando los servicios públicos y disminuyendo el poder adquisitivo de las clases populares hasta el extremo de reducir a la nada a las clases medias ya casi inexistentes mientras que el hambre vuelve a llamar a casa del proletario.
Así pues es ahora el momento de dar un paso hacia adelante, de tomar conciencia como clase, como obreros y conciencia como pueblo, como aragoneses para unirnos en un sólo gritos por salvar de la caída al vacío de nuestro País ya en el borde del precipicio empujado por tanto atropello de los grandes Imperios y que ahora el Imperio del Capital quiere dar el golpe de Gracia. Es hora de retomar la soberanía que nos han arrebatado y hacer uso de ella para decidir el futuro que queremos. España nunca nos ha dado pan en casa suya, siempre se ha repartido ese pan al madrileño y al catalán, tal vez al vasco pero nunca al aragonés ni al castellano, es por tanto que nada podemos esperar ya de la mal llamada madre patria y menos aún podemos esperar del Imperio Europeo. Si un Estado con menos población, con más homogeneidades y características comunes como es el caso de Islandia es más gobernable y posibilita más la verdadera democracia, la verdadera transformación de la voluntad del pueblo en el futuro de una nación, es ese el camino que debemos de tomar desmantelando así con una historia escrita por grandes imperios que sólo han llevado al sufrimiento de los pueblos sometidos a la voluntad del emperador, de culturas dominantes y culturas dominadas. Es hora que nuestra cultura tenga voz propia en el Mundo, de devolver a nuestra Nación, la Nación Aragonesa el explendor y la gloria que la historia le arrebató, de exigir que se salde la deuda de la historia con nuestro pueblo y que Aragón vuelva a ser un País independiente.
Pero ese país no podrá ser posible si no se transforma en una nueva utopía, no debe ser otro país de reyes, de tiranos, de ricos y pobres, deberá ser una verdadera República del Pueblo Aragonés en la que todos los ciudadanos tengan su voz en los asuntos de la Nación, en la que los valores supremos sean la igualdad, la libertad, la justicia y la solidaridad verdaderas y efectivas, una República Socialista en donde no hayan dominantes ni dominados, derechos sin deberes y deberes sin derechos. En definitiva, que Aragón vuelva a ser como antaño el referente europeo y mundial de libertades y derechos, el país donde antes son las leyes que los reyes. ¡ENTALTO ARAGÓN LIBRE Y SOCIALISTA!
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